viernes, 29 de febrero de 2008

Espectador

Esa loca necesidad de hacer algo para ser visto.


Y ayer saltaban por la calle.
Señores y señoras vestidos de galera.
Frac semicómico. Purpurina transpirada.
Los cuerpos cansados del ajetreo.

Y sin embargo, dejaban ver solo caras sonrientes.
Una patada y al piso. Y vuelta a hacer equilibrio.
La noche tapada no daba respiro.
La nieve mucho menos. Me tapaba el ojo.
Qué soplamoco!


Rimas, leyendas y burlas perdidas a oligarcas que mutaron.
Los chamamés animaban la noche.
Provocaban ese inevitable movimiento de la patita.
Los gritos alentaban a las palmas.



La gente se había disipado.



Solo quedaron los ecos de una costumbre no por todos comprendida.
De otro tiempo y otra realidad
.

viernes, 22 de febrero de 2008

Postal

El agua caliente y la boca.
La boca a través de la bombilla.
El sabor metálico y la quemazón del agua en la lengua.
El repiqueteo en el ventanal.

El viento porteño pegando en los pisos altos de los rascacielos citadinos.


La lluvia y el mate se complementan de una manera especial.


















Y el cursor que espera que escriba algo más.
That’s all


viernes, 8 de febrero de 2008

El primer trabajador

Lleno de papeles el escritorio. Se asoman detrás de ellos sus ojos claros.
Mejillas sonrojadas y arrugas tensas en la frente.
Todo el día va de acá para allá.
Vuela sobre expedientes.
Pincela con la birome.
De vez en cuando hay remansos. La calma antes de la tempestad.
Y otra vez vuelta a correr.
Y a mirarlo como un partido de ping pong.
Con andar de pasos agigantados y un cigarrillo en la boca, recorre la oficina.
Se para. Da una bocanada de tabaco. Y me mira. Fijo.
Piensa. O eso creo.
Y vuelve a arrancar sin decir nada. Como los muñequitos a cuerda.
Como los conejitos de duracell. Con pilas hasta la noche. Y con cansancio refugiado en los ojos.
A veces me detengo y lo miro incrédula. Pienso cuanto puede valer estar así, y dejar de lado tantas cosas.
En esos momentos lo admiro y me apeno por él.
Después, en los momentos en que me quiero ir a mi casa, vuelve a ser mi jefe.