viernes, 25 de abril de 2008

Entrecopas

Una cervecita y algunas cosas para contar siempre siempre son buenas excusas para juntarse con amigas.
Y a veces uno termina hablando de cualquier boludez... o de cosas realmente importantes.
Ayer mientras masticaba una galletita y el vaso de cerveza se calentaba en la mano de Sol, yo hablaba y recordaba historias que nunca viví.
Les conté de mis abuelos. De sus historias de película. De sus historias de amor.
Ahí. En un simple relato, me dí cuenta.
Me di cuenta de las ganas ocultas que podemos tener de vivir amores de cuento. Amores literarios.
Yo me imagino en un futuro a un hombre.
Uno que agarra un libro de su biblioteca. Que luego de terminar de leer el cuento tiene los ojos llorosos, y reconoce en lo leido una historia digna de ser recordada.
Me imagino que esa historia es parte de la mía. Sueño que, de alguna manera, yo sea capaz de generar esos cuentos que conmueven. Sueño con conmover el alma de un hombre.


Pero la lucidez se va pronto... tanto como los litros de cerveza y las risas en compañía.
Entonces me olvido en lo que pensé. Me pierdo en la charla.
Ahora sentada frente a la compu, me acuerdo de una frase que mi abuela me decía:

"Romántica loca... De todo te olvidas, cabeza de novia"

jueves, 17 de abril de 2008

De Freud, que me está volviendo loca...

No me imaginaba cómo era ir a terapia.
Sentarse en frente de un total desconocido y contarle cosas dolorosas, o que uno piensa que lo marcaron.
Que te mire… y no hable. Que te remate tu frase cómo si realmente supiera qué es lo que te pasa.
Ni hablar de que se cuelgue de tus palabras. Yo no quise decir eso!
Es loco… en su momento lo comparé con la confesión. Ese ritual católico que nos lava los pecados. Obviamente sé que tienen sus grandes diferencias.
La confesión sigue en la Edad Media: teocéntrica. El psicoanálisis en la Modernidad: centrado en el sujeto. Una juzga, el otro ayuda a vivir con aquello que nos pesa.

Y aún así, hay un patrón común.
El decirle a otro lo que sentimos, lo que hacemos o hicimos. Y ese otro en un lugar más alto. De sabiduría.
Transmitirle miedos y abandonos. Miles de cosas.

Y ahora que me expuse a eso, que levanto la guardia y la bajo como por arte de magia… encima tengo que pensar en todo lo que dije. Y creer, como en los cuentos de hadas, que las soluciones llegan, que los castillos de arena no se derrumban sin que empiece a construirse uno nuevo, y que la mano que me tiende esta buena mujer va a tirar el árbol que me tapa el bosque.

viernes, 4 de abril de 2008

Por la mitad

Tenía pensado un posteo monumental, con disertaciones sobre la mujer y la literatura. Sobre el amor que busca la mujer en la literatura. Sobre como no nos importa sufrir con tal de ser amadas hasta el hartazgo.
También lo había relacionado con uno de mis personajes favoritos, La Maga. Esa mujer que es a la vez amada y despreciada por Oracio. Esa mujer que contiene toda la inocencia de una niña, y el atractivo de una mujer.
Y ni hablar de lo que decía de Cortázar… Obviamente todas nos enamoramos de él a través de su hermosa Rayuela.
Ahhh!!! También decía que odio a Talita, solo porque suplanta a la Maga en el corazón de Horacio.

Pero me desinspiré… y quedó por la mitad.
Para colmo, leí en la facultad un texto de “un tal” Cornelius, desestimando la crítica, la reproductividad y la falta de textos nuevos, todo por una crítica a la posmodernidad…

Y ahora no me animo... No me animo a escribir lo que ya tenía escrito. Así que por ahora y solo por no olvidarme de mi querido blog, subo algo, y de paso me pueden dejar las opiniones que quieran: sobre La Maga, Talita, su creador, sus amores o lo que les haya inspirado lo escrito por esta humilde servidora.


Aprovecho para recomendarles pegarse una vueltita por un nuevo blog:
www.cronicasdemisviajes.blogspot.com


Saludos!