viernes, 29 de julio de 2011

Final del juego

Volvíamos llenos de tierra y pelo pegoteado. Yo tenía los cachetes rojos de tanto correr y mirar fijo al sol. Íbamos caminando con los pelos volátiles. Toti y yo atados en una colita que no lograba nunca enderezarse y que se soltaba a medida que dábamos vueltas guardando los chiches y los vasos de plástico.
La tía traía siempre ese termo como barril, abría el pico delicadamente y volcaba agua fresca o jugo, según la suerte del día. Cuando ya lo guardábamos en la bolsa de compras estaba vacío de tanta sed infantil. Los primos eran flaquitos o ocupaban poco espacio. Los Rojitas también, entonces como en las reuniones familiares nos tocaba andar separados de los mayores.
Caminábamos, con el bolsito que mamá había armado, hacia el auto que estaba estacionado en la entrada que daba a Libertador. Nos subíamos al bote-auto del tío, pero a nosotros nos tocaba ir atrás.
Ahí empezaba otra historia. Porque el día de club no era completo si no hacíamos todo lo que se tenía que hacer.
Mirando los cinco para afuera empezábamos a aguzar la vista en la próxima oscuridad de verano. El coche de los primos era enorme, y nosotros íbamos cómodos observando a las personas que emprendían la vuelta de un fin de semana de descanso en el medio del enero caluroso.
El viaje duraba mucho rato y nosotros disfrutábamos. Saludábamos a los que manejaban, a los acompañantes, a los copiones que hacían lo mismo que nosotros. Esperábamos siempre la respuesta entusiasta de los conductores. Entonces, agitaban la mano "Ese es de River seguro", concluíamos moviendo la cabeza. Otros miraban fijo con la cara inmutable.

Nos íbamos hundiendo entre las luces faros y la oscuridad ya metida en la noche.
El cansancio llegaba a nuestras rodillas gastadas y cuando nos recibía la vieja en casa, ni comer podíamos porque solo pensábamos en lo lindo que es meterse en la cama.

2 comentarios:

Toti dijo...

Love it.

la vidu dijo...

Esa hernosa sensación de los juegos de infancia con hermanos y primos!!!
de los recuerdos más lindos que hay